viernes, 16 de junio de 2017

El legado musical de Andrés Alfonso Vergara

Rafael Figueroa Hernández
Andrés Alfonso Vergara es uno de los arpistas fundadores del arpa jarocha, con un estilo diferente y consistente que lo liga a figuras como Andrés Huesca o Mario Barradas, pilares ambos del desarrollo contemporáneo de su instrumento. Desgraciadamente Andrés Alfonso, a diferencia de sus dos colegas, cuando menos durante los primeros años de su carrera opuso resistencia a ser grabado, lo que trajo como consecuencia que contamos con pocas grabaciones en donde podamos escuchar su arte, afortunadamente por el otro lado, lo que hay es suficiente para ser testigos de su grandeza. Su estilo "cantado" se encuentra históricamente junto a las presencias ineludibles de Huesca y Barradas, y es junto con ellos, gracias a su estilo propio y único, piedra fundacional del arpa jarocha contemporánea.
Mención aparte merece su voz, que como su compadre y compañero Rodrigo Gutiérrez decía, "es su hacha y su machete", poseedor de un timbre y una claridad muy particulares, logra con un fraseo único transmitir su pertenencia a una tradición que aprendió de sus ancestros pero al mismo tiempo su presencia como un ser creativo y original.
De su primera época contamos con las grabaciones in situ que realizó José Raúl Hellmer y que están disponibles en tres grabaciones. La dos primeras de ellas fueron editadas por el propio Hellmer: Folklore Mexicano Vol. I Folklore Mexicano Vol. II Antología del Son jarocho. La primera contiene una Guacamaya interpretada, según los créditos de contraportada por Andrés Alfonso Vergara y familia. Dada la aproximada fecha de grabación podremos pensar se encuentra su señor padre Pedro Alfonso Vidaña en el requinto. En el segundo volumen encontramos "El fandanguito" que fue grabada en Tlacotalpan. Andrés ejecuta el arpa y lo acompaña el alvaradeño Julián Cruz Figueroa en la jarana tercera. LO ejecutan con una cadencia pausada en donde Andrés es el pregonero principal y es contestado por Julián, además de contar con las tradicionales "bombas".
En este mismo disco se encuentra "La morena" con un tempo más rápido y con la presencia en el requinto de Rutilo Parroquín y Teófilo Blanco en la jarana tercera. En esta grabación, realizada en Los Naranjos, Ver., se puede notar el estilo limpio y melódico de Andrés cuando realiza un sólo de arpa que se convierte en dueto con el requinto de Rutilo apenas pasado el primer grupo de versos, y que se repite más tarde en la ejecución.
También a partir de las grabaciones de campo de Hellmer pero editados por Antonio García de León, tenemos A la trova más bonita de estos nobles cantadores... La selección de García de León, fue hecha a partir de una colección de 57 pistas que Víctor Acevedo Martínez, bajo la dirección de Irene Vázquez Valle seleccionó del enorme acervo acumulado a través de los años por Hellmer. Fueron editadas por el Instituto Nacional de Antropología con el número 39 de su imprescindible serie Testimonios de México. En este disco Andrés Alfonso junto con Julián Cruz Figueroa interpreta “El toro zacamandú” que fue grabada in situ en Tlacotalpan, ambos abordan la ejecución a una velocidad media pero con los arrestos necesarios para hacerle justicia a este son bravo de pareja.
Las participaciones en vivo en el Encuentro de Jaraneros de Tlacotalpan que están documentadas en los discos grabados por Ediciones Pentagrama, han sido parte del bagaje musical del movimiento jaranero al que contribuyó en buena parte a pesar de ser miembro indudable del estilo opositor, del ahora llamado con corrección política "son blanco". En "El balajú", del primero volumen de los discos del encuentro, tocado y cantado como solista, nos encontramos con una ejecución limpia con una destreza técnica innegable pero sin hacer uso del virtuosismo vacío al que nos tienen acostumbrados muchos arpistas.
En "El siquisirí" del volumen 3, tomado a una velocidad más bien pausada, Andrés toma la jarana para acompañar a Adriana Cao Romero, su alumna y digna sucesora, que ejecuta el arpa. Andrés que canta solo sin las tradicionales contestaciones va hilando versos a varios de los grupos presentes en esa ocasión, abriendo con unos dedicados a su destacada discípula.
Ay que sí, que no que no
canto al son de la jarana,
porque no pierdo la vista
a linda veracruzana,
por eso en esta conquista,
con gusto te canto Adriana
porque eres linda y arpista.
Para "La morena" que aparece en el volumen 5, regresa a ejecutar el arpa y se hace acompañar de dos jóvenes que demostraron su valía, valía que probarían al convertirse en figuras importantes del movimiento jaranero años después. Nos referimos a Tereso y Octavio Vega. En esta morena se puede notar la capacidad de Andrés Alfonso de retomar las cadencias tradicionales del son jarocho, que formaron parte de su entrenamiento temprano como músico jarocho en Tlacotalpan.
Hacia finales de la década de los años ochenta Andrés Alfonso participó con el grupo Mono Blanco en un disco editado por la disquera californiana Arhoolie que llevó el título de Soneros jarochos. En la alineación estaban, además de Andrés Alfonso, Gilberto Gutiérrez en la jarana tercera, el gran Andrés Vega en el requinto, un joven Patricio Hidalgo en la jarana segunda y en una participación menor en la quijada Willie Ludwig. El disco abre con "El buscapiés" con la cadencia característica del movimiento jaranero, a la cual Andrés Alfonso se suma con discreta maestría, que lo mismo que se pude decir de la ejecución de "El Colás" con la diferencia de que esta vez el papel del arpa es más presente en los interludios entre verso y verso, siempre con la presencia del requinto fuerte y seguro del "otro" Andrés, Andrés Vega.
El contrapunto de los Andreses es una muestra más de cómo la tradición jarocha logra que dos instrumentos melódicos convivan entre si, añadiéndose en esta ocasión el impecable sentido musical de ambos ejecutantes. El contrapunto preciso de ambos puede apreciarse en todas las selección del disco, pero quizá los mejores ejemplos son "El palomo y la paloma" y "La bamba", donde el trinar del arpa y el requinto entretejen múltiples melodías perfectamente compatibles entre sí.
Es en "El balajú" en donde Andrés nos presenta un solo de arpa, que nos remite al otro balajú que grabó en el Encuentro de Jaraneros de Tlacotalpan para darnos cuenta de su capacidad de incorporar nuevos materiales a la hora de abordar un son. En esta ocasión, con algunas citas al balajú que Moncayo incluyó en su Huapango, de nuevo encontramos la maestría y capacidad creativa de Andrés Alfonso sin sobrepasar el límite del virtuosismo por el virtuosismo mismo.
En el año de 1991 se realizó el disco Soneros de la Cuenca con Memo Salamanca, y los tres puntales fundamentales en ese entonces del grupo Siquisirí: Rodrigo Gutiérrez Castellanos en la voz y el cuatrino, Armando Gutiérrez Cruz en la voz y en la jarana y Rafael Figueroa Alavés "Don Fallo" en el contrabajo. La grabación fue resultado de una temporada larga en que Andrés Alfonso y Memo Salamanca se veían cada semana en un ambiente informal que les permitía experimentar con la inclusión del piano en los sones jarochos. Lo que mencionamos arriba del contrapunto entre Andrés Alfonso y Andrés Vega, puede decirse aquí de la labor que realizan Andrés Alfonso y Memo Salamanca, en la cual saben resolver elegantemente la convivencia de los dos instrumentos, arpa y piano, que tienden a ser dominantes en los ensambles de los que forman parte. Durante la rendición de los sones incluidos en este disco los dos se van acompañando, respetando los momentos en que el otro asume su papel solista, acompañándose en el camino. También debe decirse que el proceso de intercambio entre género no sólo fue de parte de Memo Salamanca al acercarse al son jarocho, sino que Andrés Alfonso hizo lo propio al acercarse a la música afroantillana, acercamiento que en este disco da su fruto en una guajira de su propia autoría titulada "Qué lindo son" y en el "Punto en menor" de Rodrigo Gutiérrez.
En el año 2000 Andrés Alfonso colaboró en el disco Raíces de Son de Madera con dos selecciones "El cupido (menor)" y “El jarabe loco”. En esta ocasión el contrapunteo es con el requinto de Ramón Gutiérrez, uno de los estilistas importantes del instrumento dentro del movimiento jaranero, e intercambia versos con la potente voz de Tereso Vega, en el cupido. En el jarabe lo escuchamos con el arpa acompañando su canto con una cadencia suave y precisa.
En 6 de diciembre de 2005 se realizó un Homenaje a Rutilo Parroquín para conmemorar el décimoquinto aniversario de su fallecimiento. El homenaje se dio en la plaza central de Otatilán su pueblo natal y a él se invitaron varios grupos de son jarocho, así como decimistas. Andrés Alfonso Vergara fue invitado porque compartió algunos episodios de su vida con el homenajeado cuando se reunían a tocar en la emisora de radio de Cosamaloapan. La ocasión se grabó y se editó en forma de disco compacto en donde podemos escuchar "El cascabel" con Andrés Alfonso y sus hijos, Andrea Alfonso en el pandero y Ramiro Alfonso en el arpa. Andrés Alfonso ejecutó en esa ocasión la jarana dándonos una oportunidad más de escucharlo en este instrumento con el que empezó su carrera musical dentro del son jarocho y del que también tenía un manejo más allá de lo común. Este Cascabel cierra con un verso de Andrés dedicado a su amigo Rutilo:
Traigo mis versos al hilo
y con mi voz de oropel
va dedicado a Rutilo
este lindo cascabel.
En el 2007 se editó como una coproducción entre Ediciones Pentagrama y la Fundación de la Universidad Veracruzana un proyecto llamado Grandes de Tlacotalpan: Entre décimas y sones en que se presentaba el trabajo continuación del disco Soneros de la Cuenca entre Memo Salamanca y Andrés Alfonso Vergara. De nuevo participaron miembros del grupo Siquisirí aunque ahora en su nueva época, Raúl Martínez Acevedo en el requinto, los cuates Pérez Vergara en las jaranas y Don Fallo Figueroa en el contrabajo, además de la participación en un par de sones de los legendarios músicos tlacotalpeños Cirilo Promotor en el requinto y Evaristo Silva "Varo" en la voz y el pandero.
Guillermo Cházaro Lagos en esa ocasión le dedicó las siguientes décimas
Andrés Alfonso Vergara
maestro de juglaría,
revienta el son cada día
cuando el sol ya declinara.
¿Si al son que toques bailara
la raza tlacotalpeña?,
la jarocha que se empeña
en briosa pieza del son,
encanchado el corazón
y dando fuego a la leña.

Termino la trova airosa
como la palma del llano,
con una pluma en la mano
en jornada venturosa,
con familia tan hermosa
labras tesoro de amor,
alfonsitos son tu flor,
cultivada con esmero
pisan tus huellas trovero,
y te alcanzan cantador.
La participación de Andrés Alfonso, que para cuando se realizaron estás grabaciones contaba con más de ochenta años, nos deslumbra con una interpretación segura y firme, recorriendo caminos ya conocidos pero no por eso limitándose a repetir fórmulas ya utilizadas.
Su última participación en un disco fue con la Banda Filarmónica del Centro de Capacitación y Desarrollo de la Cultura Mixe en donde colabora en una versión del Huapango de Moncayo en adaptación para la banda. Andrés Alfonso participa en dos ocasiones a lo largo de la interpretación en donde el director musical, el pianista Héctor Infanzón, maravillado por su canto, en dos ocasiones modificó el arreglo para incluir la participación vocal de Andrés Alfonso, siempre inconfundible.
Conclusiones
Recorrer el legado discográfico de Andrés Alfonso nos pone en perspectiva un legado musical más que importante para el desarrollo histórico del son jarocho. Desde el punto de vista personal como músico podemos disfrutar de su peculiar estilo vocal que con un timbre muy característico y un fraseo particular lo hacen perfectamente reconocible al momento de comenzar a escucharlo. Además podemos constatar sus habilidades en la jarana, su primer instrumento, que a veces son opacadas por la presencia del arpa, pero que las dos selecciones presentadas arriba nos permiten ver. Su estilo en el arpa lo coloca en una posición muy interesante como forjador, en parte, del estilo urbano que a partir de los años cuarenta se apoderó de la escena musical popular, sin embargo también nos damos cuenta de que su aprendizaje inicial nunca lo abandonó y pudo colaborar en grabaciones con miembros del movimiento jaranero participando en la reivindicación de los géneros tradicionales.
En fin, Andrés Alfonso es una figura imprescindible para la historia del son jarocho en el siglo XX, que supo navegar en las dos vertientes principales sin que su plumaje se manchara, al contrario, logrando que resplandeciera.
Discografía
A la trova más bonita de estos nobles cantadores...: Grabaciones en Veracruz de José Raúl Hellmer (Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2001) CD
Encuentro de jaraneros, Vol. 1 (Discos Pentagrama) CD
Encuentro de jaraneros, Vol. 3 (Discos Pentagrama) CD
Encuentro de jaraneros, Vol. 5 (Discos Pentagrama) CD
Folklore Mexicano, Vol. I. (Musart) LP
Folklore Mexicano, Vol. II, Antología del son jarocho (Trébol Musart) LP
Grandes de Tlacotalpan: Entre décimas y sones (Pentagrama, 2007) DVD/CD
Homenaje a Rutilo Parroquín (Secretaría de Educación y Cultura, Instituto Veracruzano de la Cultura, Programa Rumberos y jarochos, 2006) CD
Raíces. Grupo Son de Madera (ABahuman, 2000) CD
Soneros jarochos. Grupo Mono Blanco (Arhoolie, 2006) CD
Sones de tierra y nube, Vol. II con la Banda Filarmónica del Centro de Capacitación y Desarrollo de la Cultura Mixe (Asociación Cultural Xquenda, 2009) CD